Con
motivo de cumplirse este año 2014 el 50 aniversario de la
inauguración de la Capilla-Refugio de Ntra. Sra. de las Nieves
(5-VIII-1964), es justo y necesario recordar al que fue su principal
fundador y pionero. Este sacerdote que entre las muchas obras buenas,
tanto espirituales como materiales, que hizo en favor del Guijo y
nuestra querida Parroquia, está la fundación de la Capilla-Refugio.
Ascensio
Gorostidi Altuna, nació el 1 de diciembre de 1923 en Amezketa
(Guipuzcoa), localidad en la sierra de Aralar y cercana a Tolosa, en
el domicilio de sus padres, el caserío Zuriarraín. Sus padres,
Lázaro y Josefa Antonia, son labradores y profundos cristianos que
bautizan a su hijo al día siguiente en la parroquia del pueblo
dedicada al Apóstol San Bartolomé, regentada por su párroco don
Manuel Lizarríbar. En la Escuela Nacional de su querido pueblo
serrano comienza su formación, de la mano de su maestro don Félix
López.
Caserío natal de Don Ascensio en la localidad guipuzcoana de Amézqueta
En
1938, a los 15 años, ingresa con su primera vocación como fraile
del Santísimo Sacramento en el noviciado de los Padres Sacramentinos
de Tolosa, donde también había ingresado su hermano Martín y en
cuya congregación también profesa su hermana Antonia. Unos años
más tarde se traslada a Pamplona donde termina su formación como
fraile sacramentino, en la casa que la congregación tiene allí. Su
hermano Martín ya es sacerdote y marcha a las misiones a Cuba, pero
fray Ascensio está discerniendo su vocación para ser cura rural,
por ello marcha a la casa de los sacramentinos de Madrid, y allí
pide la exclaustración para dejar la orden y sujetarse a la
obediencia de aquel obispo. Vamos viendo que es un muchacho inquieto
y luchador.
Don Ascensio como joven párroco junto a su hermana
Una
vez ordenado de diácono, el obispo de Madrid-Alcalá, el patriarca
don Leopoldo Eijo y Garay, ordena a don Ascensio como sacerdote el 23
de diciembre del año santo de 1950, a los 27 años de edad, en la
capilla del Seminario Conciliar de Madrid, y celebra su primera misa
solemne el 26 de diciembre en la parroquia de San Bartolomé de
Amezketa. Don Ascensio ya tenía amistad desde Pamplona con el que
era obispo placentino, el navarro don Juan Pedro Zarranz y Puello, y
por ello llega a Plasencia a principios del 1951 queriendo ejercer su
ministerio en algún pueblo de ese obispado, este obispo le ofrece
una parroquia acorde a él en la sierra de Gredos-Tormantos, que
lleva vacante unos meses, Guijo de Santa Bárbara.
Llega
al Guijo el 26 de enero de 1951, con 27 años, para tomar posesión
como cura ecónomo de su parroquia de Ntra. Sra. del Socorro.
Comienza su labor pastoral de ir conociendo, celebrar sacramentos,
educar en el Evangelio, en unos comienzos duros como el invierno que
atravesaba el Guijo, en nada diferentes a su pueblo de Amezketa, con
lo que pronto se pudo encontrar como en casa. Le ayudó también su
carácter campechano y afable, pero como buen vasco que era añoraba
su tierra por estar lejos.
El 5
de agosto de 1951 funda la Cofradía de la Virgen de las Angustias,
con lo que potencia la devoción mariana de entonces del Guijo,
preparando ello el camino a la devoción de la Virgen de las Nieves.
Así, poco a poco, va llevando a cabo su labor sacerdotal compaginada
con sus tres grandes aficiones: la música, la naturaleza y el
deporte.
En
1954 se presenta al último concurso oposicional que se ha celebrado
en nuestro obispado de Plasencia, donde adquiere la propiedad de esta
Parroquia, siendo nombrado por ello párroco. En el Archivo Diocesano
se conserva un documento con muchas firmas para interceder ante el
Sr. Obispo por el nombramiento de don Ascensio como párroco y así
por su permanencia en esta Parroquia. En estos momentos El Guijo
cuenta con más de 1.000 habitantes y el párroco se había ganado
por tanto a su numerosa feligresía.
Don
Ascensio continúa haciendo sus amistades dentro y fuera del Guijo,
tanto en sacerdotes como en gentes, su carácter aunque tímido es
alegre. Esas amistades le van abriendo caminos que facilitan sus
proyectos, valga de ejemplo otro de los grandes logros, el Baile de
la Danza a Santa Bárbara el año 1959, con el estilo de las danzas
asentadas en el corazón de la Vera pero con un aire característico
vascuence que las hacen únicas y originales.
En
torno a estos años surge el fenómeno de la emigración, que
llegaría también al Guijo y a la que don Ascensio también fomentó
gracias a las buenas amistades de empresarios que tenía sobre todo
en País Vasco. De esta manera también era su estilo sacerdotal de
ayudar a la clase obrera y necesitada, con su casa siempre abierta y
su mesa y corazón siempre preparados. Fue un sacerdote siempre
emprendedor e innovador, en la línea del clero que se iba forjando
por esa época previa al Concilio Vaticano II.
Por
último llegamos a su gran proyecto. Según sus paisanos el fundador
de la Capilla-Refugio del Guijo tiene su primera inspiración en la
Ermita de la Virgen de Igaratza, donde acuden ellos todos los años
en romería a la sierra de Aralar y que fue construida para que los
pastores pudieran acudir a misa. Los años sesenta, con el turismo y
los viajes que don Ascensio hace a Madrid, le abren aún más su
mentalidad inquieta y creativa. Su amistad con la familia de
deportistas olímpicos, los Fernández Ochoa, relacionados con la
Capilla-Refugio de Navacerrada y donde don Ascensio solía acudir a
celebrar la fiesta de la Virgen de las Nieves, hacen forjar el culmen
de su vida: la Capilla-Refugio de Ntra. Sra. de las Nieves de Gredos,
como él denominó desde creada revista de montañismo “Refugio”,
donde se iba alentando y creando el proyecto. Al parecer esta ingente
obra partía ya de 1959, cuando este sacerdote contaba los casi 36
años de edad, con el fin de encontrar un sitio donde retirarse a
rezar, y hasta el año 1963 la idea fue fraguando, para acercar la
Parroquia a los cabreros que abundaban en el Guijo y pasaban todo el
verano en su sierra, así como para fomentar el deporte de montaña y
el amor a la naturaleza. Todo ese año 63 fue organizándose la
construcción de la Capilla-Refugio, y el recabar ayuda humana y
económica a muchas personas que colaboraron aquí y allá con don
Ascensio. Concluyendo ese año 63 con la llegada al Guijo de la
imagen de la Virgen de las Nieves en diciembre.
Por
fin el 5 de agosto de 1964, cuando el fundador contaba 40 años de
edad, se procedió a bendecir e inaugurar la Capilla-Refugio, con una
serie de eventos que hicieron inolvidable ese día para don Ascensio
y sus feligreses y amigos. Acontecimientos alegres que también
encontraron su cruz y dificultad, pues fueron a la vez fortaleciendo
y minando la juventud del fundador, que sólo pudo disfrutar de su
obra otros dos años más, 1965 y 1966.
Aquel
buen sacerdote como buen árbol donde se cobijaban sus feligreses y
amigos, tras casi 16 años de fecundo ministerio en favor del pueblo
de Dios, lleno de méritos entregó su alma al Señor desde su única
y querida parroquia de Ntra. Sra. del Socorro en El Guijo de Santa
Bárbara, la tarde del domingo 27 de noviembre de 1966, tras una
breve enfermedad y cuando don Ascensio esperaba cumplir sus 43 años
de edad. Su entierro la tarde del lunes 28 fue multitudinario, donde
se pudo ver la importancia y el aprecio a este sacerdote guijeño
adoptivo ilustre. Descansó este buen párroco de sus buenas obras,
al lado de la Virgen María, en la sencilla tumba del Cementerio del
Guijo.
Información facilitada por el párroco Marco Antonio Santos García
Fotografías aportada por la Cofradía de Nuestra Señora de las Nieves