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lunes, 9 de junio de 2014

Los huertos y los vergeles

Aunque en repetidas ocasiones hemos dicho que la economía de El Guijo ha sido básicamente ganadera, la agricultura también ha tenido una gran importancia como actividad complementaria.

Antes de nada es preciso diferenciar entre huertos y vergeles, puesto que en El Guijo son dos términos bien distintos.

Los Huertos son terrenos de pequeña extensión situados dentro del pueblo, generalmente junto a la casa. En ellos se cultivaban flores (hortensias y rosales), hierbas aromáticas (perejil, hierbabuena,…) y algunas verduras y hortalizas (pimientos y tomates, principalmente). Si había suficiente espacio se plantaba también alguna parra y se hacía un parral y en una esquina se construía el gallinero. El huerto servía además para tender la ropa y como lugar de ocio, sobretodo para las mujeres que se sentaban a coser por las tardes en compañía de las vecinas.

Los Vergeles eran terrenos destinados al cultivo de todo tipo de verduras y hortalizas para el abastecimiento familiar y, ocasionalmente, para vender algún excedente. Eran terrenos de mayor extensión que los huertos y se situaban fuera del pueblo aunque no a mucha distancia pues requerían mucho trabajo y atenciones. Los terrenos de regadío situados a mayor distancia se destinaban al cultivo de patatas que requerían menos cuidados o bien se destinaban a prados para el ganado vacuno y las bestias de labor. En los vergeles se cultivaban multitud de hortalizas, verduras, legumbres y frutas arbustivas. Si había especio suficiente, se cultivaban también algunos frutales pero nunca higueras por ser árboles con un extenso sistema radicular y que, por tanto, no dejaban crecer a otras plantas.



En los vergeles se cultivaban plantas durante todo el año pero era en verano cuando había mayor variedad de productos. Pese a que por lo general eran terrenos de poca superficie, su productividad era realmente asombrosa y se debía más a los esmeradísimos cuidados dispensados por los labradores que a la calidad de la tierra.

Hoy todavía se cultivan bastantes vergeles pero generalmente son los mayores quienes se dedican a esta actividad pues mucha gente joven aunque viva en el pueblo, suele comprar estos productos, algo que realmente ha dejado en el abandono muchas fincas. Tal abundancia de productos se reflejaba en la gastronomía veraniega pues al escasear ya la carne de la matanza, suponían la base de muchos platos.

Algunos de los más importantes son los siguientes:

Rin ran: Se trata de una ensalada de tomate, pepino, pimiento, cebolla y ajo. También se le podía dar un toque picante añadiendo una guindilla o “bolilla” como decimos por aquí.

Pimientos verdes fritos: Se trata simplemente de pimientos verdes fritos en abundante aceite de oliva. Se consumen como acompañamiento de otros platos.

Gazpacho: Plato muy popular en gran parte de España y para el que por tanto no hay una receta fija aunque ciertos ingredientes como el tomate o el pepino nunca deben faltar.

Pisto: Aunque es un plato muy popular en numerosas regiones, particularmente en La Mancha, en El Guijo se prepara desde hace relativamente poco puesto que verduras como el calabacín y la berenjena no se cultivaban mucho antaño.

Ensalada de lechugas con caldo: Muy popular es la ensalada de lechugas pero a diferencia de otros lugares, aquí se prepara con lechuga, cebolla y abundante agua fresca, constituyendo una auténtica delicia en los meses calurosos.

Calabacines rebozados: Rodajas de calabacín rebozadas y fritas en abundante aceite de oliva. También pueden prepararse de esta forma las berenjenas e incluso las judías verdes.

Ensalada de pimientos: Riquísima ensalada preparada con pimientos morrones asados. Constituye un auténtico manjar que se consume sola o como acompañamiento de otros platos.

Sopas de tomate: Aunque hoy se consumen en cualquier época del año, antiguamente eran propias del verano. Se consumían sobretodo en septiembre acompañadas de uvas e higos frescos.

Tortillas de verduras: A lo largo del año, las tortillas se elaboraban con distintas verduras. En primavera se preparaban con espárragos cultivados, también llamados de huerta o dulces. En verano se preparaban tortillas de calabacín, de pimientos, de berenjena, de judías verdes o incluso mezclando diversos productos como patatas, pimientos y cebolla. En invierno se preparaban de patatas y cebolla. 

Ensalada de patatas con caldo: Plato muy veraniego consistente en patatas cocidas, huevo cocido, cebolla y tomate con abundante agua fresca. 

Judías verdes con tomate o con huevo: Judías verdes cocidas a las que se añadía tomate frito o bien huevo batido y sofriéndolas un poco. 

Los platos antes mencionados, eran más propios del verano. En invierno las verduras frescas se reducían a las coles, puerros y poco más. Las coles se preparaban “refritas” o bien con “granos” (alubias) y huesos adobados del cerdo. Es preciso señalar que algunas plantas han dejado lamentablemente de cultivarse como los nabos con los que antaño se preparaban exquisitas ensaladas o las habas que podían consumirse tanto fresca como secas. ¡Ojo! No confundir las habas con las judías verdes pues hay mucha gente que llama habas a las judías cuando son plantas totalmente distintas. La judía procede de América mientras que las habas proceden de Asia y se cultivan en Europa desde la Antigüedad. 

Información aportada por Silvestre de la Calle García

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