Entre estas últimas destacan sin duda alguna las distintas especies de espárragos silvestres, destacando por su gran importancia en la gastronomía guijeña el espárrago rabiacán. Se trata de los brotes tiernos de una especie de enredadera y que por tanto no debemos confundir con el verdadero espárrago silvestre o triguero que no crece en nuestro pueblo pues es una especie propia de zonas bajas, particularmente de encinares. El espárrago rabiacán crece en los robledales, generalmente en las márgenes del bosque aunque también crece en zonas interiores antes de que broten las hojas de los robles. Prefiere las zonas frescas. En nuestro pueblo abundan en cualquier robledal.
La temporada de recolección comienza a mediados de marzo y se prolonga hasta bien entrado el mes de mayo. A la hora de recogerlos, nunca se arrancan sino que se cortan con la navaja para permitir la recuperación de la planta.
Se consumen generalmente en tortilla o en revuelto. Hay que freírlos muy poco porque si no se corre el riesgo de que amarguen demasiado. La tortilla de espárragos rabiacanes es un plato muy apreciado y tradicionalmente se consume con segundo plato en la comida del Viernes Santo junto con el rebozado o escabeche. Hay gente a la que no le gusta el amargo sabor de este espárrago por lo que a la hora de hacer la tortilla los mezclan con espárragos cultivados o de huerta, siendo esta tortilla mixta también una exquisitez.
Otras especies de espárragos En La Vera crecen también otras especies muy semejantes. Se trata del espárrago de nueza y el espárrago de meña. Se trata de especies muy semejantes al rabiacán que en La Vera Alta son bastante apreciados pero que en nuestro pueblo apenas se recolectan. Su sabor es incluso algo más amargo que el del rabiacán.
Información aportada por Silvestre de la Calle García